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Michèle Lamy vuelve a Venecia con una poderosa nueva instalación

La leyenda de la moda y fundadora de Lamyland presenta What Are We Fighting For? (¿Por qué luchamos?)
Pavel Golik

Michèle Lamy no resulta una desconocida para la Bienal de Venecia. En 2015 la mítica polímata, esposa y socia empresarial de Rick Owens creó Bargenale, una barcaza de andamios cubiertos atracada en Certosa, cerca de las principales exposiciones en el Jardín de Venecia y el Arsenal. En sus 50 años de carrera Lamy ha sido diseñadora, productora, artista y restauradora (además de abogada y bailarina de cabaret), y la barcaza ha probado ser el escenario perfecto para sus miles de talentos, acogiendo, entre otras cosas, un restaurante flotante, un estudio de grabación y una instalación artística. También acogió a A$AP Rocky y al líder de UNKLE, James Lavelle, pero la propia Lamy, instantáneamente reconocible gracias a sus dientes salpicados de oro y las puntas de sus dedos teñidas, siguió siendo la principal atracción. Supuso tal éxito que organizó una secuela, Bargenale 2, en 2017. Este año, no obstante, volverá la prestigiosa muestra por toda la ciudad con una propuesta totalmente nueva.
“Esta vez hemos creado algo un poco más contenido e íntimo ”, dice Lamy a Vogue antes de la inauguración de What Are We Fighting For?, una inmersiva instalación de boxeo que ha curado para que forme parte de la exposición Dysfunctional en la Carpenters Workshop Gallery. El título de su proyecto fue también la cuestión en el corazón de la tienda pop-up situada en Selfridges (Londres) el pasado año, la cual incluyó un ring de boxeo con sacos de boxeo diseñados por artistas, entre otros productos. Ambos proyectos se sitúan en el marco de Lamyland, una serie en desarrollo que debutó en la Frieze London 2014 con una barcaza en el Regent’s Canal y que ha crecido, desde entonces, con numerosas instalaciones y eventos.

Pavel Golik

“Se llama Lamyland porque es así como Ricky se refería a los proyectos en los que estaba trabajando para la firma Rick Owens – el nombre permaneció, et voilà,” dice Lamy con una característica reverencia. “Pero se llama ‘Lamyland’ y no ‘Lamy’ porque siempre ha consistido en crear un espacio y plataforma para otras personas”. Este espíritu de colaboración es crucial para su último proyecto en Venecia, para el cual ha invitado a artistas para que creen sacos de boxeo que tratan un amplio abanico de temas culturales y sociopolíticos.

Entre sus participantes se encuentra el artista conceptual sudafricano Kendell Geers, el colectivo de diseño holandés Studio Job y el Atelier Van Lieshout (afincado en Rotterdam), y las piezas expuestas son eclécticas, como poco. Por ejemplo, el dúo de diseñadores brasileños Humberto y Fernando Campana se han centrado en la sostenibilidad y en la necesidad de preservar las técnicas indígenas. Su saco de boxeo, hecho de cuerda de sisal, rafia y mimbre natural, es una referencia a las ocas brasileñas (viviendas indígenas construidas con madera y bambú) para subrayar la importancia de las prácticas tradicionales eco-friendly. Mientras tanto, la aportación del artista holandés Frederik Molenschot está realizada en discos azules apilados con forma de ruedas de queso parmesano; una carta de amor a una de las exportaciones italianas más codiciadas y un símbolo de su herencia, que según él bien merece luchar por ella.

Pavel Golik

“Quise que hubiese una mezcla”, explica Lamy. “ En Venecia siempre se da esta sensación del mundo uniéndose por el arte. Cuando la Carpenters Workshop Gallery me pidió que hiciera esto pensé que sería una gran manera de celebrar el trabajo de estos artistas, y también de devolverle algo a la ciudad”. Durante la Bienal, su instalación albergará el patio interior de la Galleria Giorgio Franchetti alla Ca' d'Oro (Venecia), un histórico palazzo con vistas al Gran Canal. “Sienta bien estar aquí”, añade. “ Es una parte importantísima de Venecia y crea un interesante telón de fondo para la obra”.
La localización es clave para la totalidad de la exposición Dysfunctional, pues busca yuxtaponer diseño contemporáneo coleccionable al antiguo espacio que ocupa. La instalación de Lamy se expone junto al trabajo de otros 20 creativos en la alineación de la Carpenters Workshop Gallery, desde el marido de Lamy, Owens, hasta el colaborador habitual Virgil Abloh, pasando por el ebanista Maarten Baas y la escultora Ingrid Donat. El diseñador español Nacho Carbonell, a quien se le encargó una pieza específica para el patio del Siglo XV, ha creado una serie de esculturas resplandecientes que se asemejan a árboles y llenan de luz el espacio, mientras que el dúo holandés Verhoeven Twins ha transformado la recepción del primer piso con una constelación de burbujas de cristal iridiscentes.

Pese a la escala de estas obras, pocas consiguen el golpe de efecto visual del bosque de sacos de boxeo de Lamy. “Adoro el boxeo como deporte y esta idea es algo que he estado desarrollando por mucho tiempo ”, dice respecto al concepto. “El boxeo es una gran metáfora de la vida y quise preguntarle a la gente qué era aquello por lo que luchaban. Para mí luchar no es una palabra negativa. Se trata de creer en algo y hacer que suceda”. El título de su muestra es una adaptación del slogan del legendario neoyorquino, al que Lamy describe como “el CBGB de nuestro tiempo”, en referencia al famoso local punk rock. “Todo empezó con Overthrow. Es muchísimo más que un gimnasio de boxeo. Es una comunidad de gente centrada en la acción. Ayudan a apuntar a más gente durante las elecciones. Donan a buenas causas. T ienen un propósito, y eso es algo que todos necesitamos encontrar, tanto dentro como fuera del ring ”.

Pavel Golik

Así pues, ¿qué es aquello por lo que el mundo del arte debería de estar luchando y qué espera Lamy que despierte esta exposición en sus asistentes? “Espero que los seduzca”, responde. “Espero que los haga pensar. Tienes que estar ahí, en la habitación, con esos objetos para sentir realmente su poder”. La Bienal, cree, es la plataforma ideal para este proyecto. “Con Venecia está ese entusiasmo de la semana de apertura, pero también el hecho de que permanece. Está abierto por mucho más tiempo así que la gente lo visita durante el Festival de Cine de Venecia y meses después de que tenga lugar. Espero que más y más gente lo descubra a tiempo y me interesa ver cómo evoluciona”.

Aunque este proyecto está completo, Lamy lo ve todo como una obra en construcción. “Siempre estoy pensando en lo próximo y en cómo pueden adaptarse las cosas”, admite. “Puede que más gente vea la instalación y quiera formar parte de ello, ¡o puede incluso que quieran llevarla de gira!”. Como resulta de esperar en una mujer que domina tantas disciplinas artísticas, está abierta a todas las posibilidades. “Realmente no tengo una fecha de finalización en mente para esta serie de Lamyland. Nunca sabes qué vendrá después. Para mí este proyecto es más bien una invitación. Lo creas y lo sacas ahí fuera y pides al mundo que participe”. ¿Y quién diría que no a eso?
“What Are We Fighting For?” de Michèle Lamy estará expuesta desde el 8 de mayo al 24 de noviembre en la veneciana Galleria Giorgio Franchetti alla Ca' d'Oro, como parte de la nueva exposición de Carpenters Workshop Gallery, “Dysfunctional”, en asociación con Lombard Odier.

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